sábado, 2 de abril de 2022

TEJIDOS Y TEJEDORAS



Escribir esta historia fue muy especial para mí. Como lo vengo haciendo hace meses, una vez terminada la nota, la misma fue enviada al mquetador de la revista. Trata sobre una familia de San Martín, la cual una de sus integrantes fue directora de escuela.
Esa noche, después de la tarea me dispuse a acomodar una caja de recuerdos y en uno de los cuadernos de mi primaria, estaba ella sorprendiéndome, emocionandome: ¡La firma de La directora en cuestión animaba las amarillentos hojas del rayado Triunfo de 1973!
Éste ser del cual hablo después de 49 años, gracias al testimonio de su nieta, Mariana Colotta, y la señora Cristina Dimatteo, esperan ser leidas.
LOS INVITO A TODOS, a ingresar al enlace de la revista LIGAR,de LA Liga Industria y Comercio de San Martín.
Disponible en:


Familia de mujeres de personalidades fuertes, adelantadas a su época…

Desde la prehistoria el hombre y las mujeres entrelazaron fibras para confeccionar objetos, indumentaria y elementos devocionales de su mundo cosmogónico.                                                        Tejidos y tejedoras. Se tejen historias en estas presentaciones, y es el caso de unas mujeres que vienen de familia textil, y otras, dedicadas a tejer con palabras historias para ser contadas.

Llegados a la Argentina en 1946, desde Nápoles el padre de familia encuentra trabajo en el ferrocarril. Habría que alimentar a seis hijos. Uno de ellos se llamaba Juan, quien se casaría con Delia Löv, de madre española y padre alemán. Ella se dedicaría a la casa y a sus hijas Cristina y Esther. Las ayudaría con las tareas escolares, las llevaría en bicicleta al Parque Saavedra y al Natatorio Municipal de Villa Ballester.    

“Mi padre Juan trabajaba como encargado en una fábrica textil Algodonera Alpargatas S.A. y ahí conoció a mi madre Delia. En 1951 el Director general de la fábrica, viendo que mi padre era una persona responsable e inteligente, le propuso ir de Capataz General a una Hilandería, con vivienda, arriba de la fábrica, Textil Peinalana, en la calle Republica de Israel esquina Parravichini, que también tenía salida por Rodríguez Peña.”      

Juan Dimatteo había entrado a Alpargatas S.A. con dieciocho años con la sola esperanza de progresar y formar una familia con el bienestar soñado. Citando a ésta empresa no puedo dejar de recordar a sus a Almanaques. ¿Los recuerdan? Estas piezas publicitarias, recursos innovadores para la época, tenían la imagen plástica de Don Florencio Molina Campos. Este artista fue precursor del humor gráfico en Argentina del siglo XX. Su temática era fuertemente nacionalista, reafirmando un ideario político y una construcción social, que dibuja y pinta con estilo propio.  Muestra escenas de la vida agraria de otras épocas y penetra gracias a las industrias culturales, (los almanaques) en la gran masa popular.                                                                                                                                                Alpargatas creció gracias al esfuerzo de operarios que, como Juan, dejaron allí cantidad de horas de trabajo para dar a sus familias un bienestar económico.          En 1958 Juan renuncia a la textil y se muda con su familia al barrio recién emplazado de chalets frente al Policlínico Eva Perón. Se independiza, ya que era una época muy favorable para ese rubro. “Traer maquinas textiles importadas era muy costoso y empezó a armarlas con piezas usadas y modificarlas con otro socio. Así armo su primera fábrica Textil”.

Lancril S.R.L. se situaba en la calle Rondeu de San Martin, dedicada hacer hilado fino para los telares y grueso para tejidos a mano.                                                                                                                           Cristina Dimatteo recuerda las anécdotas sabatinas de su padre cuando joven, en que planchaba la ropa “marcando bien la raya del pantalón” y se iba a milonguear para chamuyar a alguna mina. Cristina también recuerda los picnics, las vacaciones en Tanti, Córdoba o en Mar de Ajo. A su escuela primaria Nº 29, al ruido de telares en su barrio. Se imagina a las pinzadoras[1] que se veían desde las ventanas de las fábricas y a las idas al Club Peretz a ver espectáculos de música.  El entretenimiento de chicos y grandes era organizado por el Club Atlético Juventud de Villa Piaggio para las competencias en la calle de su cuadra y la misa era presenciada en la Parroquia Nuestra Señora del Líbano. Cristina también relata:

”Después, en el patio de la iglesia, jugábamos en una hamaca que tenía forma de bote con dos sogas que colgaban de arriba, con una amiga tirábamos de ellas y el bote se balanceaba. ¡Cómo nos divertíamos! …Algunos fines de semana íbamos al Cine Roxi que estaba por la zona a ver las tres películas que pasaban por función con intervalos…No teníamos televisión…”

Mariana Colotta y su madre Cristina Dimatteo


[1] PINZADORAS: Trabajadoras con la función de “pinzar “o abrir los mechones de fibra, limpiarlos o mezclarlos.

Cuando Cristina tuvo quince años le compraron una máquina de coser eléctrica. Estudió corte y confección, mecanografía y taquigrafía en la Academia Pitman. El secretariado comercial fue su destino, aunque ella hubiese querido ser maestra. Así comenzó a ayudar con la parte contable en la fábrica.  

“Las decisiones las tomaba mi padre. Fuimos progresando gracias al sacrificio y la inteligencia para los negocios. Nunca nos hizo partícipe de sus decisiones, tampoco a mi madre.” Afirma, expresando su amor y admiración hacia él.  

Juan fallece en el año 2000, y la textil cerró. Pero hay otros modos de tejer, y esas son las formadas por los entramados que aporta la cultura.

Mariana Colotta, hija de Cristina y de Alberto Colotta, fue influenciada por su abuela paterna y tejerá, pero con palabras. Decana de la Facultad de Ciencias Sociales en la Universidad del Salvador desde hace ocho años, escritora, Mariana está llevando adelante su tarea docente y la dirección de RAF, Rojo al Frente, primera galería de arte contemporánea del partido, nacida en julio del 2018 de la mano de su esposo Adrián De Andrea. El padre de Adrián había sido un músico bandoneonista y pintor. Lamentablemente fallecido muy joven.

Como dijimos anteriormente Mariana fue estimulada por su abuela paterna, Aurora Anguiano, que junto a su esposo Domingo, venido de Nápoles, habían sido maestros rurales en la provincia de Buenos Aires. ¡Y que patriotas fue éste matrimonio, el papá de Mariana nace un nueve de Julio! Es en el año 1950 cuando llegarían a San Martín.  

                                                                                                                          


Aurora fue directora de la Esc. N°1 Domingo Faustino Sarmiento de San Martín y es ella que animó a su nieta a concurrir a talleres literarios que se dictaban en la Biblioteca de San Martín, incursionando en la escritura, como también en la lectura de la historia del arte, las visitas a museos y así – como sus hermanos - se convertirían en la primera generación de universitarios de la familia. En el caso de Mariana volcada a la sociología y a la gestión universitaria.

” Adrián siempre cuenta que RAF es un proyecto que él me regalo, para que juntos pudiéramos tener esta propuesta de proyectar, idear; pensar agendas, convocatorias, conversaciones con artistas y todo lo que implica una galería de arte contemporáneo, en un lugar local como es San Martín”                                                        

Apunta Mariana y agrega que es un proyecto que apuesta al amor, a la pareja y a compartir actividades con artistas tanto nacionales como internacionales.

Legado familiar vinculado al estudio, a la enseñanza, al amor a los libros, al arte, por un lado. A la familia y al trabajo, a la cocina y al acompañamiento de los hijos por otro.                                                                                                                     Tal vez no sean “Almanaques” como los de Alpargatas, pero auguramos que el sello editorial de RAF, pueda dar obra literaria que acerque las capas de una sociedad que cada vez está más estratificada, y que el arte visual y el audiovisual sirva para mostrar a la sociedad una mejor manera de vivir, dignamente, en paz y en condiciones de igualdad de oportunidades para todas las desigualdades humanas.

 


 



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